Vamos juntas a buen puerto
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Miedo al parto
Tener miedo al parto es habitual. Puede que esta no vaya a ser tu primera experiencia respecto a dar a luz y que la anterior no fuera bien y te haya marcado. También puede ocurrir que seas primeriza y por tanto también en este caso es razonable tener miedo ante lo desconocido. Nos pasa en la vida con cosas cotidianas por lo que no es raro que un poco de miedo aparezca en el embarazo cuando pensamos en el momento del parto.
El miedo al parto, esos pensamientos desagradables que surgĂan de vez en cuando en mi cabeza
En mi caso los temores a no ser capaz de aguantar el dolor aparecĂan sobre todo por la noche, cuando podĂa relajarme y y me ponĂa a pensar. Me gusta tener “el control” de las situaciones (aunque tengo claro que no se controla ni la mitad de la mitad de lo que creemos que controlamos) y pensar en que no sabĂa quĂ© iba a ocurrir al dar a luz me creaba desasosiego.
Tengo un tatuaje que me encanta en la espalda pero es muuuuy grande (21×19 cm) y justo en la zona lumbar. Cuando me lo hice, en el 2012, ya le indiquĂ© al tatuador que debĂa dejar “sitio” para ponerme la epidural sin problemas en un futuro. SegĂşn Ă©l, eso estaba hecho. Peeeeero, llegada la situaciĂłn de mi embarazo la duda comenzĂł a asaltarme,  ¿y si no podĂan ponĂ©rmela? SĂ© que hay mujeres que libremente deciden tener un parto natural sin epidural, sin embargo, no era mi deseo. Para mĂ no era una opciĂłn elegida no tener analgesia, al contrario, opino que si puedo evitarme dolor pues quiero hacerlo.
Mis temores se hicieron realidad
Dos semanas antes de la fecha prevista de parto tuve la cita con el anestesista. Era una mujer joven, amable y profesional pero que no se anduvo por las ramas: “tienes un 95% de probabilidades de que no te pongamos la epidural, dependerá del anestesista que asista tu parto. Si fuera yo, no te la pondrĂa”.
Se confirmĂł lo que en lo más profundo de mi cabeza ya me imaginaba. Cuando entrĂ© en la consulta sabĂa que podĂa decirme eso, pero soy de las que no queman el cartucho de la esperanza hasta el final, por eso cuando lo escuchĂ© me vine abajo y salĂ descompuesta del hospital, como si me hubieran echado una jarra de agua frĂa. Además me avisaron de que mi hijo iba a nacer grande y que no me dejarĂan ni una semana completa de retraso respecto a la fpp.
Me empezaba a dar miedo real el momento parto. Y sobre todo, una tonterĂa, saber que no tenĂa marcha atrás, que el parto llegarĂa sĂ o sĂ, estuviese yo preparada mentalmente para el dolor o no. Estos temores me hacĂan sentir vergĂĽenza porque pensaba que no deberĂa encontrarme asĂ y que lo importante era que mi hijo naciese bien, no preocuparme de si a mĂ me iba a doler o no. Yo, que estaba en buena forma fĂsica (siempre he hecho mucho deporte), lleguĂ© a desear dar a luz por la mañana para no estar exhausta despuĂ©s de todo el dĂa. Mi miedo empezaba a ser irracional, yo me daba cuenta de ello pero no sabĂa cĂłmo pararlo.
Lo que a mĂ me ayudĂł
AsĂ que, cuando aceptĂ© la situaciĂłn, que no tendrĂa anestesia , el miedo al parto (al dolor) hice lo que estuvo en mis manos para sentirme mejor y poder afrontar el dar a luz de la mejor manera posible.
EmpecĂ© a ver vĂdeos en youtube de hipnoparto y relajaciones guiadas y me comprĂ© dos libros (El Dolor en el Parto, una nueva interpretaciĂłn de la fisiologĂa y la funciĂłn del dolor, y “Parir en movimiento”). El primero muestra otra dimensiĂłn diferente acerca del dolor y como asumirla de forma natural, digamos que se centra más en aspectos psicolĂłgicos. El segundo me lo recomendĂł una fisioterapeuta de suelo pĂ©lvico y describĂa la anatomĂa que entra en funcionamiento al dar a luz, posturas y posiciones efectivas para preparar el momento. Me ayudĂł mucho a disminuir la ansiedad ya que para mĂ conocerse es empoderarse.
Por Ăşltimo, pensĂ© en mi madre. Ella ha tenido tres hijos: yo, la mayor, pesĂ© 4.150kg al nacer, mi hermano 3.200kg y mi hermana, la pequeña, 5.050kg. Lo hizo sin epidural, repitiĂł la experiencia 2 veces más despuĂ©s de la primera y jamás, jamás, la he oĂdo ni un solo comentario negativo al respecto. AsĂ que yo decĂa, “yo tambiĂ©n puedo”.
¿Por qué hay personas tan poco empáticas?
La verdad es que practicar regularmente las respiraciones y meditaciones y leer acerca de otro enfoque sobre el dolor me ayudĂł bastante. Al mismo tiempo asistĂa a gimnasia para embarazadas. Me sentaba muy bien y me venĂa fenomenal además de que me relacionaba con otras mujeres que tambiĂ©n estaban en estado. A los 3 o 4 dĂas de que me dijeran que seguramente no tendrĂa epidural acudĂ a la gimnasia. AllĂ me encontrĂ© con las compañeras de siempre y otras dos mujeres que yo no habĂa visto antes y que ya habĂan sido mamás. Cuando me preguntaron que cuánto me quedaba y cĂłmo me encontraba les expresĂ© mi miedo y angustia ante la situaciĂłn de no tener epidural en el parto. Entonces en vez de darme ánimos o simplemente “callarse”, empezaron a hablar ambas de lo mal que lo habĂan pasado ellas en sus respectivos partos.
“Mal no, fue horrible, me ocurriĂł esto y lo otro y lo demás allá”. Yo les pedĂ que por favor cambiásemos de tema ya que me estaba incomodando mucho la conversaciĂłn y me estaba angustiando más. Ellas, sin embargo, siguieron con sus pelĂculas a cada cual más rocambolesca. ParecĂa que se estaban recreando en su malestar. No entiendo quĂ© tiene de bueno rememorar un momento que segĂşn decĂan habĂa sido tan horrible, pero menos aun entiendo que lo hicieran delante de mĂ, a poco más de una semana de dar a luz y habiĂ©ndoles dicho cĂłmo me sentĂa. Me puse pálida y toda la energĂa positiva que habĂa reunido estos dĂas atrás, como resultado de leer los libros y ver los videos, se esfumĂł por arte de magia.
Cuando estás inquieta y nerviosa el tiempo pasa más lento
El resto de tiempo hasta el parto pasĂł despacio y se me hizo muuuuy largo. No entendĂa por quĂ© me asustaba tanto. He tenido dos intervenciones de quirĂłfano y nunca me dio miedo entrar en la operaciĂłn. El fisioterapeuta me hace punciĂłn seca todas las semanas en varios puntos de mi cuerpo y me dice que soy la paciente que más aguanta con diferencia el dolor (le creo, me lo han dicho más profesionales). Entonces, ÂżquĂ© me pasaba? Supongo que tambiĂ©n tenĂa que ver con miedo a que a mi bebĂ© le pasara algo en el nacimiento. En fin, llegĂł el dĂa y……..os lo contarĂ© en otro post.
Por Ăşltimo, pero no menos importante
No quiero terminar sin pedir a otras mamás que nos guardemos nuestras experiencias negativas sobre parto u otros temas a menos que sean solicitadas expresamente. No ayudamos en nada contando lo mal que nos ha ido en esto o en aquello si la otra persona no está preparada para recibirlo. No es lo mismo que la futura mamá quiera informarse y por elección propia decida hablar o leer sobre el tema, pero ella busca la información, no se la tiramos a la cara como un gato. Cuando lo que vas a decir no es tan bonito como el silencio, ¿por qué no te callas? (como podéis ver aún tengo grabada aquella conversación con sabor muy agridulce).